sábado, 19 de julio de 2008

HISTORIA DE ABRAHAM

Cuatro historias para que no te duermas
Te proponemos cuatro historias sacadas de la Palabra de Dios. Son historias para que no te duermas. Son la historia de Abrahán, la de la idolatría del pueblo de Israel, la de Jonás, y la de Timoteo. Cualquiera de ellas puede ser tu propia historia. ¿Cuál de ellas quieres que sea tu historia? En cada una de las historias hemos subrayado y escrito en letra cursiva algunas frases. Te invito a que, leyéndolas en su contexto, las medites, las lleves a tu vida.
Te invito a que descubras los rasgos positivos que hay en cada historia que debes incorporar a tu historia y los rasgos negativos que hay en algunas. historias, para que te propongas evitarlos en tu historia.


La historia de Abrahán
Yahvé dijo a Abram: «Sal de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, y vete ala tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.» Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán.
Fue dirigida la palabra de Yahveh a Abram en visión, en estos términos: «No temas. Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande.» Dijo Abram: «Mi Señor, Yahveh, ¿qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?» Dijo Abram: «He aquí que no me has dado descendencia, y un criado de mi casa me va a heredar. »
Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: «No te heredará ése, sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.» y sacándole afuera, le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas.» Y le dijo: «Así será tu descendencia.» y creyó él en Yahveh, el cual se lo reputó por justicia. Y le dijo; «Yo soy Yahveh que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra en propiedad.»
Cuando Abram tenía 99 años, se le apareció Yahveh y le dijo: «Yo soy El Sadday, anda en mi presencia sé perfecto. Yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicaré sobremanera.» Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así: «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti. y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad. Yo te daré a ti ya tu posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios de los tuyos.»
Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara. Yola bendeciré, y de ella también te daré un hijo. La bendeciré, y se convertirá en naciones; reyes de pueblos procederán de ella.» Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su interior: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo? , ¿y Sara, a sus noventa años, va a dar a luz?» y dijo Abraham a Dios: «¡Si al menos Ismael viviera en tu presencia!»
Respondió Dios: «Sí, pero Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Isaac. Yo estableceré mi alianza con él, una alianza eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad. En cuanto a lsmael, también te he escuchado: «He aquí que le bendigo, le hago fecundo y le haré crecer sobremanera. Doce príncipes engendrará, y haré de él un gran pueblo. Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo.» y después de hablar con él, subió Dios dejando a Abraham.
Yahveh visitó a Sara como lo había dicho, e hizo Yahveh por Sara lo que había prometido. Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo predicho por Dios. Abraham puso al hijo que le había nacido y que le trajo Sara el nombre de Isaac. Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como se lo había mandado Dios. Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac. Y dijo Sara: «Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo.»
Después de estas cosas sucedió que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme aquí.» Díjole: «Toma a tu hijo a único al que amas, a Isaac, vete al país de Moria y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga.» Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos mozos ya su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios. Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos. Entonces dijo Abraham a sus mozos: «Quedaos aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros. »
Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. Dijo Isaac a su padre Abraham: «¡Padre!» Respondió: «¿qué hay, hijo?» -«Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?» Dijo Abraham: « Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.» y siguieron andando los dos .juntos.
Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Entonces le llamó el Ángel de Yahveh desde los cielos diciendo: ¡Abraham, Abraham!» El dijo: «Heme aquí.» Dijo el Ángel: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu Único.»
Levantó Abraham los ojos, miró y vio un carnero trabado en un zarzal por los cuernos. Fue Abraham, tomó el carnero, y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a aquel lugar «Yahveh provee». de donde se dice hoy en día: «En el monte "Yahveh provee"»
El Ángel de Yahveh llamó a Abraham por segunda vez desde los cielos, y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que por haber hecho esto. por no haberme negado tu hijo, tu único, yo te colmaré de bendiciones v acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos. Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago. de haber obedecido tú mi voz.»

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